¿Y ahora qué?

El 12 de agosto cambiaron las caras. La sorpresa recibida por el Ejecutivo nacional y provincial fue una cachetada tal que no les permitió ni siquiera responder con un discurso acorde a los sucesos. Desde el Frente de Todos, el asombro no fue menor: más allá del optimismo habitual, los números resultantes fueron inesperados.

Tal vez lo más sorprendente para aquellos que hablaban del “Plan V” por la aceptación que tenía María Eugenia Vidal en relación con Macri fue el triunfo aplastante de Axel Kicillof por sobre la actual gobernadora de la Provincia de Buenos Aires, con 49 por ciento a 32. Una diferencia difícil de remontar, sobre todo teniendo en cuenta que el 27 de octubre se resuelve el cargo. No hay ballottage bonaerense. Este éxito de Kicillof fue fundamentalmente acompañado por la Buenos Aires no conurbana, que representa el 14% del padrón electoral nacional.

Aquí, la sumatoria de las cinco listas que conformaron la interna del Frente de Todos alcanzó el 37,18%, apenas 2,36 puntos por debajo del ganador, el actual intendente, Martín Yeza, de Juntos por el Cambio. Está claro que los votos no se suman como chocolatines y que en las PASO muchos “salieron a jugar” en las diferentes internas, pero la escasa diferencia entre uno y otro frente electoral entusiasmó a unos y preocupó a otros.

De aquí a las generales, cada una de las fuerzas deberá ajustar su campaña para conseguir los votos que han quedado sin candidato y sobre todo alentar la participación, ya que en Pinamar, al menos, sólo votó el 65% del padrón, mostrando un enorme desinterés de la población en la política y en sus representantes. O en todo caso restándole importancia a esta primera instancia de las PASO.

En este escenario, el vencedor Yeza tendrá que ajustar algunas áreas flojas en su gestión. Bajo la excusa de falta de presupuesto, Salud sigue teniendo problemas, y el bajo presupuesto es una excusa válida para tratar con concejales; al vecino eso le importa poco, sólo quiere que el médico esté donde debe estar, cuando tiene que estar. Otro punto a rever es que desde hace más de un año no existe rumbo para el área de Cultura, o que un secretario de Seguridad que funcionaba bien, ahora ocupa dos secretarías de relevancia y luego de octubre irá a ocupar un lugar en el HCD y no se ve a nadie que vaya a reemplazarlo. En definitiva, más allá del estupendo trabajo de difusión en las redes sociales, la gestión Yeza tendrá que trabajar en asegurar su reelección, algo que claramente entendió luego de las PASO, ya que el bunker de Juntos por el Cambio, a pesar de haber ganado, no se mostraba tan victorioso en la noche del 11 de agosto.

En el Frente de Todos tampoco está fácil el asunto. En una campaña muy bien jugada, en la que se apuntó al arrastre de la lista de Fernández/Fernández y nunca se mostró ni a un candidato a concejal, Gregorio Estanga logró quedarse con la victoria, pero deberá “mechar” con las dos listas siguientes si pretende “levantar” sus votos. Con tan solo un punto de diferencia entre cada una de las tres primeras, el representante de La Cámpora deberá buscar el consenso para conseguir, no sólo los votos que el Frente obtuvo en todas sus versiones, sino además salir a buscar la polarización para superar al oficialismo.

Otros que superaron las PASO fueron Augusto Urrizola, por Consenso Federal, ganándole por poco a Gabriela Mulet; y un muy desgastado Propin, que atravesó su primera interna, de la que Marcos Guerrero salió vencedor, pero que quedó muy por debajo de los números a los que el vecinalismo nos tiene acostumbrados.

El 11 de agosto se abrió un nuevo camino hasta el 27 de octubre. Más allá de la calidad de las campañas, de la evolución de la crisis económica y de los errores no forzados de cada uno, hay un escenario nacional, provincial y municipal que no se puede despreciar.

Con estas tendencias, podría sacarse razonablemente la conclusión de que la malaria superó a la grieta. No es tiempo de dormirse en los laureles, ni de apelar al sentimiento “River-Boca”, tan argentino. Es momento de escuchar y de consensuar. De ambos lados del arco político, es hora de trabajar en sus deficiencias y, sobre todo, pensando en la gente.

NOTAS RELACIONADAS
“No todo es plata en la política”
“La interna se llevó a cabo de la mejor manera”
El intendente apunta a consolidar el cambio