“Siento el apoyo de los vecinos de Pinamar, que están muy conscientes”

El jefe comunal mantuvo una extensa charla con Pionero, donde dio su punto de vista sobre la denuncia penal que pesa sobre su gestión en torno a una supuesta malversación de fondos públicos en la obra de Av. Bunge y el mar.

“Se hizo una denuncia sobre una obra que vino a embellecer y revitalizar Bunge. Se hizo una observación; tenían legítimas dudas de la fuerza política Unidad Ciudadana, y se presentaron ante la Justicia en los estrados de Comodoro Py”, comentó el intendente.

“Ni bien regresé de las vacaciones, me presenté ante la Justicia el jueves con el espíritu de manifestarme espontáneamente ante el juez. Llevé el expediente con copia certificada de todas las actuaciones, por si tiene alguna duda en cuanto al proceder. Y lo hice en forma espontánea porque todavía incluso no estoy notificado; técnicamente no hay causa y ni siquiera está iniciada. Sí me parece importante cortar el tema lo antes posible, por las especulaciones que pudieran haber”.

“Para mí esto es importante porque siento que desde el 10 de diciembre de 2015, los que pensamos que la Argentina cambió y tiene que seguir cambiando todos los días, no podemos pensar que alguien puede llegar a estar por encima de la Justicia: si te beneficia, te gusta, y si te perjudica, estás en contra. Yo confío en la Justicia, y por eso me presenté. No hay nada que ocultar, ni en el expediente ni por parte del equipo. Ni tampoco en la obra en concreto. Queda ahora saber cómo procederá la jueza con la causa”.

Yeza pidió que “los pinamarenses sepan que nosotros asumimos en un contexto donde yo era el sexto intendente en siete u ocho años. Hubo muchas especulaciones con cuestiones vinculadas con la corrupción por parte de administraciones anteriores e incluso algunos han sido destituidos. Y a veces con este tipo de cosas se busca marcar que todos somos lo mismo”.

“Que quede en claro que nosotros desde el principio decidimos gobernar con la verdad, seguir con la verdad y así seguiremos hasta el último día de nuestro mandato. Hay un equipo de gente honesta, y yo confío en mi equipo; no siento que haya habido ninguna irregularidad en ninguna de las etapas por parte del equipo municipal. Y si la empresa incumplió con algunos de los ítems, son cosas que constan en el expediente con órdenes de servicio. Todas las observaciones que uno puede llegar a hacer están plasmadas en el expediente y que se penaliza con la no firma de finalización de obra”.

–¿Quién arma los presupuestos para la obra?
–El equipo de Planeamiento, en este caso; pero, cuando son convenios, se hace junto con Nación. La Municipalidad de Pinamar arma los presupuestos y, en este caso, cuando son convenios, están validados con los equipos internos de Nación.

–Esta semana se supo que un funcionario de la Provincia (Mateo Nicholson, director provincial de Infraestructura) pedía que se “inflaran” determinados presupuestos para obras en escuelas. De ahí la pregunta.
–Como ésta es una licitación del Municipio de Pinamar, no le pedimos nada a nadie. No hay un retorno económico ni pedido de coimas ni nada de ese tipo con ninguna empresa. Eso genera que uno puede poner el valor que quiera pero, después, en última instancia, como las empresas no pueden agregarle otros valores, directamente ellas compiten. De hecho, ha pasado con una licitación de pavimento que hicimos el año pasado, por 17 millones de pesos, y se presentó una por 15 millones y otra por 10 millones. ¿Por qué? Tenía una muy buena tecnología. Y venían con presupuestos ajustados por Nación porque eran a lo que estaban acostumbrados a presupuestar; más o menos, un millón de pesos por cuadra de pavimento. Pero hay otras que invirtieron en tecnología y están seguras de que nadie les va a pedir nada. Y pueden ir con precios competitivos.

Nuestro equipo de Planeamiento, que encabeza Mila Gómez Beret, presupuesta muy finito –sostuvo Yeza–. A veces nos trae algún inconveniente con las empresas porque estamos en un escenario inflacionario donde a veces hay que ajustar los presupuestos.

–Según la denuncia presentada por el diputado Rodolfo Tailhade y el concejal Gregorio Estanga, hubo certificados que se pagaron pero que no condicen con el trabajo realizado. Por ejemplo, se pagó toda la luminaria pero sólo hay una parte instalada. O el tema del pasto, que tuvo un costo de 1330 pesos por m²...
–Ése es un tema probatorio en la Justicia. Además, en este caso, o están mintiendo o tienen un problema de información porque no está pago el 100% de las luminarias. Si no me falla la memoria, sólo está pagó el 50%.

La ley de obra pública con la que se trabaja en todo el país se hace por ajuste alzado. Por ejemplo, está el ítem “pasto”, con el que se presentan. Un ingeniero agrónomo dictamina que el pasto que está en el pliego quizás no iba a prender y con otro tipo sí iba a funcionar. Pero no cuentan ahí que el pasto va con riego, y el sistema de riego tiene un costo. Imagínese que ése es un espacio público de 6600 m². Además, tiene el pasto y el riego de Bunge y Burriquetas, y 1300 m² más de pasto, con el correspondiente riego en Bunge y Marco Polo hacia Shaw. Todas esas cosas no están contempladas en la denuncia. Tienen un problema de información, básicamente, que puede ser por omisión o por malicia, que han generado títulos en aras comunicacionales.

Después se hace otro tipo de compensaciones en la obra. Por ejemplo, las gradas del Anfiteatro de Bunge y Av. del Mar no tenía contemplado el piso antitérmico. Eso se agrega y tiene un costo. Una obra es una compensación constante, pero tampoco una cosa completamente inverosímil. El expediente tiene 800 hojas y son muchas las cosas donde, cada vez que puede llegar a haber un beneficio diferente para la empresa, el Estado está intimándolo para que haya una compensación.

Pero son dos cosas distintas: una es malversación de fondos, y la otra, que la empresa esté demorada. Es más, en casi todas las obras que estamos teniendo en ejecución las distintas empresas han tenido distintos niveles de problemas. Pero en el caso específico de ésta, es una obra en la que, mientras más demora, en un escenario inflacionario, con una devaluación respecto al dólar cercana al 30% en las últimas dos semanas, el primer perjudicado es la empresa. Porque nosotros no hacemos redeterminación de presupuestos.

–Si el Estado municipal hizo las cosas bien, se pagó como corresponde cada certificación de obra, no hubo errores en cuanto al armado de los presupuestos, ¿por qué la obra se atrasó? Porque había una fecha de finalización para antes del verano y todavía no está terminada...
–Hay muchas obras con demora. Y repito: una cosa es una malversación de fondos públicos, y otra, una obra demorada.

–Perfecto, pero la obra estaba previsto terminarla para antes de la temporada...
–Tuvo problemas internos la empresa, a lo que se le suman problemas de clima. El mobiliario urbano es de la empresa Diana Cabeza, quien dice que tiene un plazo de entrega mínimo de 120 días. Después, la empresa puede pedirte que certifiques ese mobiliario; pero, si no es el que le pediste, no se lo certificás. Pero todo esto es técnico, no es para eludir la respuesta.

–Quizás si la obra se inauguraba, como estaba previsto, en el plazo de ejecución, no se llegaba a la causa judicial. Porque uno imagina que cualquier reclamo a posteriori sería de otra índole...
–De hecho, la obra está, le quedan detalles. El estudio Cabeza tiene una demora en el tiempo de entrega. Todas esas cosas existen. Pero una cosa es esto, y otra, la malversación de fondos por doce millones de pesos.

También tenemos una demora por la cancha de hockey, y es una empresa de acá. Y, si me pregunta por qué se demoró, la verdad que no sé, porque todos los días nos dan una explicación distinta. Sí le puedo decir que, cada semana que pasa, la empresa pierde plata porque hay inflación y devaluación. Y nosotros no perdemos porque pagamos exactamente la misma cantidad de plata que teníamos originalmente. Porque la cuenta es una y se hizo por un determinado monto. Vos perdés si redeterminás el precio.

Otra cosa es ser corrupto –dijo, tajante, Yeza–. Después, a alguien le puede gustar mi estilo como intendente, cómo manejo unas y otras cosas. Pero ser corrupto es otra cosa. No hubo ningún retorno ni malversación de fondos. Después, sí hay obras demoradas, como el pluvial de Víctor Hugo y Matheu, que debía hacerse en 30 días y van cinco meses. Y esto porque la empresa dice que en la fábrica donde encargó el tubo que debía ir debajo de la calle la pifiaron con el diámetro, lo colocaron, no funcionó y tuvieron que pedir otro.

–¿Por qué hace tanto hincapie en el tema corrupción?¿Tiene miedo de que le salpique algo?
–No, porque me hacen una denuncia por malversación de fondos. Y eso implica que alguien se está quedando con plata; ellos (en la denuncia) sugieren eso, que alguien se quedó con doce millones de pesos. Y la plata está puesta en obra.

El informe está basado sobre cosas antiguas del expediente y con un examen casero del presupuesto. Todas esas cosas son las que explicaremos ante el juez. Además, estamos con 25 obras distintas en todo el partido y me tuve que ocupar especialmente en esta obra por la denuncia que radica Unidad Ciudadana.

–¿Siente que tiene el apoyo del gobierno provincial y nacional a partir de esta denuncia?
–Siento el apoyo de los vecinos de Pinamar, que están muy conscientes. De hecho, esta semana hice una publicación en el Facebook comentando esto y la opinión mayoritaria de los vecinos de Pinamar fue que ya saben cómo viene la cosa, cómo es, qué es lo que buscan. Y, en cuanto a lo que es Nación y Provincia, quizás están más acostumbrados a que se hagan este tipo de maniobras mediáticas y demás, generando denuncias ante la Justicia.

Pero también es rol de un político en democracia dar todas las explicaciones. En mi caso particular, confío en la Justicia y me presentaré, tanto yo como nuestro equipo, en el lugar pertinente donde decidieron radicar la denuncia.

El jefe comunal aprovechó para hacer referencia a otras obras que ya están próximas a comenzar. “Por ejemplo, el Jardín de Infantes 910, en la calle Dakar entre Misiones y Buenos Aires. Una de las zonas de Ostende que se pobló última, de las más nuevas, donde se ha ido generando un cordón donde el barrio no está del todo desarrollado, no le termina de llegar una buena infraestructura. Allí colocaremos un jardín que es muy necesario, donde buscamos un impacto urbanístico en este tipo de barrios. A esto se suma el jardín maternal, que ya se gestionó ante Nación, y la Escuela Secundaria 5, que venimos trabajando con la Provincia. Esto a colación del Centro Cultural de Ostende, otras tres plazas que estamos haciendo en Ostende, el Skate Park en Pinamar, y la obra del Centro de Atención Primaria de la Salud, que se puso al día con los tiempos.

–¿Y la planta depuradora?
–Es una de las cosas que más me está preocupando por estos días. Tengo que viajar a Buenos Aires estas semanas para tratar de asegurar y garantizar los fondos para la obra. Sabemos que es una obra interanual, que a lo sumo se estiren un poco más los tiempos, para que no se ponga en riesgo su ejecución.

–Por último, un informe del FMI de esta semana sugiere que para bajar el gasto público el Estado nacional, provincial y municipal deben hacer recortes. ¿Qué puede comentar?
–El recorte ya lo hicimos en Pinamar. De hecho, terminamos el ejercicio 2017 con un superávit del 3%. Logramos equilibrar las cuentas municipales después de doce años, porque desde 2007 la Municipalidad tenía déficit, y en los últimos tres años venía con un arrastre del 11%, que, a números de hoy, serían unos 90 millones de pesos.

En el caso de la Municipalidad de Pinamar, ya hicimos todos los esfuerzos que podíamos hacer, y lo único que podíamos llegar a recortar, pero que no está en mi espíritu de ninguna manera, es disminuir servicios prioritarios, llámese salud, seguridad, servicios urbanos. Para que esto no se resienta, se necesita de la cooperación del Concejo Deliberante, sobre todo para poder garantizar los servicios mínimos en Salud y Seguridad, que demandará un pequeño esfuerzo de los contribuyentes. Pero, si se hace un trabajo inteligente, no debería resentir drásticamente el bolsillo de nadie.