No se logró el equilibrio presupuestario

El concepto surge como una falsa salida a la falta de aprobación del 100% del presupuesto y apunta a restringir gastos dentro del Concejo, que sólo insume un 3% de ese total. Finalmente los ediles concluyeron que la única salida es generar nuevos recursos sin aumento de tasas.

Las distintas asambleas y el rechazo a los incrementos pedidos por el intendente Yeza, el vaivén mediático, las diferentes ópticas sobre la austeridad y la necesidad de administrar bien provocaron que surgieran dos proyectos de “equilibrio presupuestario” en el HCD. Uno, el presentado por Propin en 2014 y reeditado a fines de 2017, planteaba la necesidad de ahorrar para conseguir las mejoras edilicias necesarias. Otro, presentado por Augusto Urrizola con el acuerdo de la ex presidente Mercedes Taurizano, pero sin el aval del resto de los concejales de Cambiemos, apuntaba a conseguir una parte del dinero que el Concejo le “había quitado al Ejecutivo” y sobre todo como una compensación de tinte político frente a la negativa al aumento del módulo.

Dado que desde los medios se utilizó la falta de tratamiento de estos proyectos como una negativa a “ajustarse el cinturón mientras que se obligaba al Ejecutivo a hacerlo”, desde la presidencia del HCD se convocó a una mesa de trabajo para debatir los dos proyectos existentes sobre equilibrio presupuestario en el Concejo. Mostrándose firme, Gabriela Ferretti comenzó la reunión aclarando que, más allá de lo que se decida tras estas mesas de trabajo, su presidencia apuntaba a la ejecución completa del presupuesto que le tocaba al Concejo, es decir el 3% del presupuesto total del Municipio, ya que edificio del Concejo está severamente deteriorado, y existe un importante faltante de equipos, por lo que consideraba necesario utilizar esos fondos, en caso de que se optara por alguno de los dos proyectos.

Tras la lectura de ambos proyectos, fue Urrizola el primero en tomar la palabra, quien explicó algunas de las cuestiones planteadas por su proyecto, ahondando en la cuestión de los asesores: según su opinión, debieran contratarse profesionales por concurso, uno por comisión y solo por el período ordinario. En contrapartida, desde Propin se dio como ejemplo el Código de Ordenamiento Urbano (COU), en el que se presentaron varios técnicos con diferentes miradas, explicando que así sucedía en cada tema y que, si se contratara un único técnico, se privaría a los bloques de las distintas visiones. Una postura compartida por el resto de los bloques, incluyendo a varios ediles de Cambiemos.

Fue Lucas Ventoso, quien dicho sea de paso batalló con Urrizola a lo largo de todo el 2017, quien quiso conocer el objeto de ambos proyectos. Mientras su compañero de bloque explicaba que la decisión del HCD de reducir el incremento pedido por el Ejecutivo, dejó a las arcas municipales en 51 millones por debajo de lo previsto, y que con este tipo de normas se generaría un esfuerzo en paralelo desde el Concejo, desde Propin se aclaró que la intención siempre fue hacer ahorro para conseguir mejoras edilicias o la compra de insumos. Ante las respuestas, Ventoso acotó que cuando se habla de reducción en el HCD, siempre se alude al 3% correspondiente, cuando por ahí el problema es el 97% restante; que ambos proyectos no van a la causa, sino que son utilizarlos discursivamente. Es decir que lo importante sería trabajar en herramientas de recaudación, como se ha hecho antes (las antenas, la plusvalía o el código de publicidad). Esta idea generó consenso generalizado, pero lo que quedó realmente en claro es que ninguno de los proyectos logró el aval suficiente para avanzar en su aprobación. En definitiva, se decidió que en las próximas mesas de trabajo estudiarán esas herramientas de recaudación mencionadas, como el negocio de la arena, el estacionamiento medido y los hospedajes sin habilitar; todos temas que generarían recursos al Municipio, previniendo así la posibilidad de mayores aumentos de tasas.

De esta manera, se dejó de lado ambos proyectos, los dos con cierto sesgo demagógico, hechos para el aplauso y sin mayores intenciones de ser aprobados, pero a la espera de que este pequeño consenso logrado avance, a ver si, de una vez por todas, se dejan las peleas partidarias de lado y se consigue un trabajo en conjunto.